lunes, 30 de agosto de 2010

~Noche escarlata ~ cap. 4. ~

~ Desperté de mi letargo una semana después. Estaba en un apartamento moderno, poco decorado pero acogedor, tumbada sobre una cama. La gente cree que los espíritus traspasamos puertas y la carne humana, pero la gente se equivoca una vez más. Puedo coger cosas, tumbarme sobre ellas, pero no siento su tacto. Además de que no puedo oler ni hablar.
Miré a mí alrededor, y vi, sentado sobre un sillón, a Will. Estaba dormido y llevaba mi colgante de aguamarina. El me había salvado, no sabía cómo, pero cuando se puso el collar me sentí más unida con la tierra. De pronto abrió un ojo y se quedo mirándome.
-Buenos días Bella Durmiente, ¿ha descansado usted?- dijo sonriendo.
-No hace gracia Will, estoy muerta. Explícame todo, os oí ayer. ¿De que alas hablabais? ¿Qué es eso de El Divino Contrato? Y lo más importante, ¿Por qué sigo aquí?
-Veamos si puedo responder,-dijo soltando un suspiro e incorporándose del sofá- tu moriste, como cualquier humano, y tu alma salió de su cuerpo. Todos los espíritus que no tienen cuerpo tarde o temprano desaparecen de la tierra, a no ser que creen un vínculo con un ángel o un demonio. Hay veces que esto no pasa así, y el espíritu crea un vínculo con un humano, pero el ser humano no está preparado para tener dos almas, y el 90% de los casos muere.
-¿Pretendes que me crea que estoy aquí porque me he vinculado con un ángel o con un demonio?-mire a Will con cara de pocos amigos, ignorando que no había respondido todas mis preguntas.
-Querida Rima, eres una Celeste, eres un ángel y un demonio en un mismo cuerpo. Solo que quien sea que te creara te ha quitado las alas, y las ha escondido. Aunque ahora no te servirán de mucho. –respondió.
-Yo no soy un ángel, ni un demonio. Soy humana, no me hagas explicarte como fui creada ni por quien.-dije sin creer nada de lo que me decia-¿Y porque llevas puesto mi colgante?-resoplé.
-¿Tú que te has creído?- dijo riendo- ¿Qué los vínculos se crean por arte de magia? Este colgante hace que tú y yo estemos unidos, vinculados. Si me quito el colgante es posible que en menos de un día desaparezcas.
“Me ha salvado la vida, bueno, la muerte. Puede que no sea tan mal chico después de todo.” , pensé.
-Gracias- dije.- pero, ¿no es muy peligroso? Acabas de decir que los humanos no están preparados para soportar dos almas.
El respondió con una sonora carcajada que invadió la sala.
-No soy humano.- logró decir al fin.
-Entonces…eres un ángel.-dije yo convencida y emocionada. Todos los libros hablaban de la amabilidad de los ángeles.
-No,-respondió él.- te ha tocado que te salve el demonio. Es irónico, ¿no? Un ángel que mata y un demonio que salva, aunque mejor…no te fíes de lo que parezco ser, los demonios no somos como nos pintan.
No sabía si con eso se referían a que eran mejores o peores, pero ahora daba igual, estaba en sus manos.

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